–considerado el más grande del mundo- se encuentra en un hermoso edificio estilo art nouveau que se construyó como parte de las acciones conmemorativas del Centenario de la Independencia, para ser utilizado como mercado. Al estallar la Revolución Mexicana, y por otras eventualidades, el Mercado “16 de Septiembre” fue inaugurado hasta 1933, funcionó por aproximadamente 40 años y, cuando fue reubicado en un espacio más amplio, el destino del edificio se resolvió a favor del vitral diseñado por el artista mexiquense Leopoldo Flores, quien plasmó en él la confrontación eterna entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, la dualidad de ángeles y demonios.

La sección del vitral más conocida es la que representa al Hombre Sol, que recibe al visitante con la belleza de su significación plástica y filosófica. La obra se llevó a cabo entre julio de 1978 y julio de 1980, con una superficie de 3,200 metros cuadrados de vitral elaborado por un equipo de artesanos encabezado por Bernabé Fernández, bajo la dirección del autor del concepto y su diseño.

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